Esta vez os enseñamos algo más personal que queda en la familia.
Cuando nació fue uno de los regalos de la abuela.
Está bordada a mano, con hilos matizados que quedan preciosos. El trabajazo que lleva es increible.
Con el paso de los años y del trote que le ha dado (todo hay que decirlo jajaja), la almohada ya necesitaba un repasito. Pensábamos que ya no la querría por aquello de que ya es más mayor pero...¡NO! ha pedido que se la arregle y dicho y hecho.
¡¡Otra vez nueva!!
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